martes, 10 de marzo de 2009

La lumpen-burocracia al descubierto

http://blogs.diariovasco.com/index.php/manuelgross/2006/05/03/patio_29_la_lumpen_burocracia_al_descubi

 

La lumpen-burocracia al descubierto

 

"Y ya estamos ante los mismos equívocos, ambigüedades, escamoteos, imposturas individuales y corporativas. 'No tenemos responsabilidad en esto; hicimos lo mejor que pudimos; no sabíamos; es culpa de la técnica'. La criptoplutocracia enredando la madeja, dejando todo sin rostro para no tener a quien preguntarle o ir a reclamar para que responda, asuma." (Manuel Parada Antequera).

 

Por Manuel Gross Osses

 

Se dice que incluso en las mejores familias se esconden oscuros pecados y repugantes vicios detrás de las gruesas paredes de sus mansiones. Lo mismo pasa con con los mejores países con sus “secretos de estado” conocidos sólo por la casta aristocrática que siempre ha gobernado.

 

Suponiendo que Chile sea uno de esos mejores países (de lo cual tengo serias dudas, a menos que nos comparemos con lo peor del barrio), en estos días ha provocado un asombro generalizado, de moros y cristianos, el descubrimiento espeluznante de que durante 11 años el Instituto Médico Legal ha estado trabajando en la identificación de 96 cuerpos encontrados en el Patio 29 del Cementerio General de Santiago, con el resultado, sencillamente inaceptable, que la mitad de las identificaciones entregadas a los tribunales estuvieron equivocadas.

 

¿Puede concebirse que en algún lugar del mundo, por atrasado que sea, que un equipo de especialistas con dedicación exclusiva entregue resultados de su investigación conteniendo un 50% de errores?. No. Ni tampoco puede concebirse que este equipo sea contratado por ninguna institución cuyos resultados necesitan ser visibles y cuantificables para propietarios y clientes.

 

En cualquier lugar, empresa o institución, la asquerosa calidad de esos resultados son evidencia más que razonable de ineptitud y negligencia, por decir lo menos, porque a medida que pasan los días se está evidenciando algo peor: Que ha existido y sigue existiendo un clima de deshumanización, de falta de ética y hasta de crueldad hacia los familiares de las víctimas, por parte de TODOS los agentes del estado involucrados en esta penosa situación.

 

Gracias a la valentía de la presidenta Michelle Bachelet se ha podido conocer estos vergonzosos hechos, que son un baldón que mancha inmerecidamente el prestigio de muchas otras instituciones del estado que de verdad trabajan por el bien de la ciudadanía.

 

Sin embargo, de inmediato han saltado los más conspicuos miembros de la burocracia estatal y de la clase política, desde ministros a “expertos”, pasando por jefes de servicios y mandos medios (ya sea en actual o anterior ejercicio), a tratar de explicar lo inexplicable, con falacias, omisiones y tergiversaciones, en defensa corporativa de un conjunto de lumpen-burócratas, repitiendo al unísono "no tenemos responsabilidad en esto; hicimos lo mejor que pudimos; no sabíamos; es culpa de la técnica", etc., omitiendo mencionar que dos informes de auditoría extranjeros dijeron en su oportunidad que había errores en los procedimientos aplicados.

 

Quizás sea entendible que esos profesionales, técnicos y científicos, no hayan sentido ni sientan los mismos dolores que los familiares de las víctimas, pero lo que es inadmisible es la absoluta incapacidad de entender que cualquier actividad humana, especialmente en el nivel profesional, es valiosa, si y sólo si, sus resultados son valiosos. Estar satisfechos o resignados con resultados que contienen un 50% de errores es indicación de que hay algo muy corrupto en la mente de quienes deberían tener un mayor grado de responsabilidad social y política.

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